Nzambi Matee una ingeniera, emprendedora e inventora de 29 años con sede en Nairobi, es la fundadora de una empresa emergente que recicla desechos plásticos para convertirlos en ladrillos que son más fuertes que el concreto.
¿Dónde nació la idea?
En 2017, Nzambi Matee dejó su trabajo como ingeniera en la industria petrolera de Kenia, para experimentar la unión entre el plástico y la arena. Como resultado, logró crear adoquines, una especie de ladrillos para suelos mucho más resistentes que el pavimento. Así surgió su empresa, Gjenge Makers LTD que se encarga de producirlos en masa.
Nombre de la Empresa: Gjenge Makers LTD
País del emprendimiento: Kenia
Año del Lanzamiento: 2021
Para el desarrollo de los adoquines invento una máquina prototipo que convierte el plástico desechado en adoquines. En un día la fábrica significa 1500 adoquines de plástico batidos, apreciados no solo por la calidad, sino también por lo asequibles que son.
“Es absurdo que todavía tengamos este problema de proporcionar una vivienda decente, una necesidad humana básica'” dijo Matee. “El plástico es un material mal utilizado y mal entendido. el potencial es enorme, pero su vida posterior puede ser desastrosa”–

La innovación de Matee en el sector de la construcción destaca las oportunidades económicas y medioambientales cuando pasamos de una economía lineal, donde los productos, una vez usados, se desechan, a una circular, donde los productos y materiales continúan en el sistema el mayor tiempo posible.
Hasta el momento, su empresa ha logrado reciclar más de 20 toneladas de desechos plásticos en adoquines que vienen en una variedad de colores que incluyen, entre otros, rojo, azul, marrón y verde. No solo son increíblemente fuertes, probados para soportar el doble del umbral de peso de los bloques de concreto, sino que la puesta en marcha también ha generado 112 oportunidades laborales para recolectores de basura, mujeres y grupos de jóvenes.

Los desechos plásticos se mezclan con arena, se calientan y luego se comprimen en ladrillos, que se venden a precios variables, según el grosor y el color. Sus ladrillos grises comunes cuestan 850 chelines kenianos (7,70 dólares) por metro cuadrado, por ejemplo. Un precio asequible.
La emprendedora planea agregar otra linea de producción más grande para que pueda triplicar la producción con el objetivo de alcanzar el punto de equilibrio y salir de estar al margen.